Roberto Noboa

"Esto ocurrió, dieron las 12, la 1, las 2" Acrílico sobre lienzo 350x230cm 2013
«Esto ocurrió, dieron las 12, la 1, las 2»
Acrílico sobre lienzo
350x230cm
2013
"Alfombras olvidadas" Óleo sobre lienzo 250x150cm 2011
«Alfombras olvidadas»
Óleo sobre lienzo
250x150cm
2011
"No puedes descansar ahora, los monstruos están muy cerca II" Óleo y acrílico sobre lienzo 250x140cm 2014
«No puedes descansar ahora, los monstruos están muy cerca II»
Óleo y acrílico sobre lienzo
250x140cm
2014
"Al día siguiente" Acrílico sobre madera 600x300cm 2013
«Al día siguiente»
Acrílico sobre madera
600x300cm
2013
"No puedes descansar ahora, los monstruos están muy cerca" Acrílico sobre lienzo 220x210cm 2014-2015
«No puedes descansar ahora, los monstruos están muy cerca»
Acrílico sobre lienzo
220x210cm
2014-2015
"En la casa de Gehrard Richter" Óleo sobre lienzo 240x140cm 2011
«En la casa de Gehrard Richter»
Óleo sobre lienzo
240x140cm
2011
Este artista se ha mantenido siempre un poco al margen de los propósitos que han caracterizado a sus contemporáneos. Su obra en perspectiva, parecería desentendida de un medio social crudo y quebradizo, cuyas debilidades y lacras se han vuelto tan acuciantes, que constituyen problemáticas capitales para la mayoría de los artistas emergentes. Es por ello que muchos la aprecian como desambientada y light, o como producto de una estética afuereña que tiene pocas cosas que decirle a la conflictiva realidad que viven hoy la mayoría de ecuatorianos.
Sin embargo, la propuesta de Noboa, concientemente descuidada; fundada bajo el arbitrio de esa figuración anticonvencional que, regodeada en realidades banales, se opuso al empaque y al cariz trascendente de la «buena pintura», ha logrado con paciente pujanza reflejar un territorio subjetivo que no por su ser minoritario deja de ser relevante para entender la complejidad de este vulnerable tejido social.
Sus focos delirantes – elementos del mundo deportivo de la gente rica -, del ámbito donde el ocio puede ser prioritario y la inversión en infraestructura para disfrutar el tiempo libre, podría salvar miles de vidas, se han ido, poco a poco, vaciando de sentido. Han devenido realidades cada vez más despobladas e invadidas de una frialdad existencial abrumadora que, confrontada con formas inconclusas y colores estridentes denotan una especie de sarcástica impostura.
Sus motivos casi omnipresentes: las canchas de tenis, en el momento en el que el artista pone en tensión su estructura y sentido, apuntan a una especie de geometría errática y disfuncional que se escuda en la presencia de elementos extraños insertados arbitrariamente en sus formas. Noboa se torna abstracto algunas veces, otras, cada vez más excéntrico para hilvanar realidades forzadas que casi siempre se fundamentan en juegos formales a partir de las estructuras básicas.
Texto extraído del catalogo de la exposición colectiva «Jai-lou-lait» curada por  la crítica de arte Lupe Alvarez. Galería Dpm, Guayaquil – Ecuador, 2008
Contacto
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